Pinche pendejo! Este sábado tocaba noche de Kebab y La Noria, nos moríamos de ganas de contarle los cráteres a Jordi González mientras nos va chorreando salsa de yogur desde las manos hasta los codos. Pero hubo visita, Xoxoloco y Mr.SS Orgía de Salmón se pasaron por Condumio Moreno. El kebab es mano de santo, pero esta vez fuimos demasiado lejos, fuimos castigados con el peor kebab del mundo. Comer ceniza nunca había salido tan bien de precio. Una voz en off un poco nazi estuvo toda la noche torrándola diciendo que los kebabs de Berlín no tienen nada que ver con los de Madrid, que son la puta bomba ahí. Que en el avión de Berlín a Madrid la gente se mete kebabs en el equipaje de mano y luego los intenta revender al triple de su precio, fríos y todo.
Después de la cena ligera fuimos a meternos azúcar en vena a plena calle. Con la élite intelectual que se suele reunir los sábados en el McDonalds de Moncloa para debatir sobre los avances en nanotecnología y qué subwoofer es el recomendado para escuchar Camela en un coche tuneado. Ojo, no es tan fácil decidirlo, que Camela tiene muchos contrastes tonales y sonidos ocultos.
De vuelta al piso, a estos putos enfermos les entró el mono de hacer una regresión al pasado, querían sentirse niños de nuevo. Fué divertido hipnotizarles y hacerles creer que jugaban al Street Fighter II en la Super Nintendo cuando en verdad estaban viendo telecinco a máximo volumen.

"Mira que combos que hago con Chun-Li" decía absorto subiéndole el volúmen al speech de Bárbara Rey.
Luego se fueron a casa tan tranquilos. Hoy se preguntaran de qué son esas heridas en las rodillas y de dónde les viene ese regusto a azufre. Pero ellos así lo quisieron, y creemos que les gustó.
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